(Escuchar más de 1 vez durante la lectura, que no pare la música...)
Mi perra lamiéndose una vez más como parte del atrezzo de esta escena en la que la camiseta se me pega al cuerpo como si fuese chocolate derritiéndose al sol entre unos dedos infantiles.
Dos voces tan disonantes, tan queso y nocilla, pero tan sabrosas juntas como ambos dos alimentos.
Traen recuerdos de tomeito y el tomato, el poteito y el potato. Me capturan y me llevan a esa peli que ya alguna otra vez nombré, Pleasentville, aunque en la peli sean los 60’ y estos dos me arrastren unas calles más en el tiempo, hasta donde el amor era clásico y solo se relacionaba con eso, con amanecer con el amanecer, entre palabras vestidas de sonrisa, con ojos brillantes y emocionados como espectadores.
En la soledad de esta noche, noche en la que soy leyenda, no por hacer nada grandioso, sino porque vivo solo en el mundo, mi perra y yo, yo y mi perra, por una vez me he resignado a dormir pronto.
Y es que me gusta tanto dormir, y a la vez lo detesto tanto…A veces me sorprendo a mí mismo imaginando esta conversación:
- Hola.
- Hola…
- Ay… ¿Estabas dormido verdad? Lo siento…
- No pasa nada…Me es más productivo hablar contigo que dormir. No tengo presupuesto para una habitación secreta, un estudio para el retiro. Así que durmiendo abro la puerta y me voy de este mundo un rato. Pero en realidad, es una gran pérdida de tiempo, duermo por hacer algo, por no hacer nada.
- Qué profundo…¿Sabías que pasamos una media de 23 años durmiendo a lo largo de nuestra vida?
- Sí, claro que lo sabía… ¿No ves que la conversación la estoy imaginando yo, y tú soy yo también?
- Mmm…Es verdad… ¿Nos saltamos entonces los preliminares y hacemos el amor?
- No…Recuerda que tú sigues siendo yo…Yo no lo haría…Y tú tampoco.
- ¿Dormimos pues?
- ¿Qué crees que estamos haciendo?
- Soñar, por supuesto.
- Touché…
Qué melosa y melódica es Ella.
Qué larga noche. En el mundo cibernético todo el mundo dormita. Los que no lo hacen se perdieron en el mundo de los usuarios. Las estrellas hoy snobs, acampan en un cielo demasiado alto en la escala Celsius. El cine, mi cine, estaba cerrado por avería esta noche. ¿Qué hago? Estoy aburrido de estar aburrido… (Y esta frase no es mía…).
Lo cierto es que me consolaría saber, que esta noche, cuando acabe de escribir, cuando, definitivamente contemplase ya acabado otro de los capítulos de mi diario, cuando me acomodase en esta cama de matrimonio a veces demasiado grande para uno solo en la que duermo con 2 almohadas, cuando por fin cerrase los ojos, tomase una respiración honda, contenida por 1 segundo para escupirla a la noche en forma de “Adiós”, cuando después de eso me quede dormido y quizás (ajolá) sueñe algo, cuando todo eso ocurra, haya alguien al otro lado (no sé qué lado es ese) que sueñe conmigo.
Da igual el sueño. No importa si en él salvo el mundo o a un animal malherido. No importa si en él soy presidente del gobierno o un ladrón, valga la redundancia. No importa si en él beso bien o beso mal. Pero al final del sueño, sería bonito terminar soñando, y cuando me despertase, despertarme.
Se me antoja que este verano también susurra con su brisa (un verdadero susurro, porque la brisa es en sí un susurro…casi imperceptible; la noche nos quiere ver brillantes y sudorosos) “Te amo”. Aunque sea mentira, o no sea eso lo que quiere decir, sino más bien un guiño lujurioso.
En este maremágnum, en esta miscelánea de ideas que ahora resumiré, se me ocurre en esta noche que fuerza al aislamiento, una de esas preguntas fantasiosas. Si una vez planteé la idea de la lluvia caliente, ¿nunca pensásteis “a este momento le pondría “ésta” banda sonora”?
Algunas veces uno se mete en el papel de su vida, y se ve a sí mismo, sus comportamientos, sus lágrimas, su día a día, como si del montaje de una película se tratase (es fácil incluso acordarse de algunas escenas semejantes), y después no es arduo ponerle música.
A mí a esta noche más rara que otras porque empezó a desinflarse demasiado pronto, se me ha antojado ponerle música negra, pero contenta, por ser voces que sonríen. Me parecía esta vez demasiado masoquista escribir algo mediocre (como siempre, por otra parte…) y encima ponerle el típico pianito de Nyman, algo de Tiersen, o incluso repetir con Satie… Porque si lo que pretendía era hablar del sueño y el dormir, como un consuelo, como un comodín, y en esta maldita noche, como una amarga compañía (“Hola soy un sueño de ti mismo y te acompañaré en la maravillosa aventura de la madrugada del sábado 28 de mayo!”), lo que tampoco quiero es dormirme mientras escribo, entumecer mi cerebro más de lo que ya lo está.
Por cierto Andy, súmale a mis ya bautizadas horas, la hora Pi, las 3:14 de la madrugada, hora aproximada en la que escribo estas líneas.
Abstract. Duermo turnando almohada rosa y almohada blanca. Una vez dejo que forniquen una encima de la otra. Otras veces dejo que riñan entre sí y acaben mirando cada una a un lado, y yo retozo con ellas por separado, como si de dos chicas y yo se tratase. No tengo pesadillas, pero tengo al calor. Si cuando tengo pesadillas suelen basarse en persecuciones del tipo que sean (hasta de dinosaurios!), en estas madrugadas, es el calor el que me persigue, el que me llama con un dedo en el hombro contrario, para que mire y no lo encuentre. Los mosquitos acuden a mí como si del viaje a la Meca de sus vidas se tratase. Beben de mí. Yo mientras me giro a un lado y a otro en la cama, deseando no perder más el tiempo durmiendo, y deseando dormir más y más, porque se que en algún momento soñaré algo bonito, porque se que aunque esta madrugada, sea solitaria, calurosa, claustrofóbica y solitaria (otra vez), y no pueda refugiarme en ningún entretenimiento o conversación de interés, quizás alguien en los 50 soñó con que los besos se esparcieran en las sábanas mientras las estrellas se disolvían en el amanecer igual que yo lo imagino ahora, quizás alguien soñó conmigo.
Quizás alguien sueñe un pequeño sueño sobre mí...
Astra las estrellas astrománticos!
PD: Hoy le dedico la entrada a Rafa, por hacerme, años atrás, aquella foto mientras dormía, y decir en su momento: "[...] una foto muy especial del mister( que desde hace tiempo es mi idolo, porque aparte de machoman, le echó por entonces dos cojones al mundo que yo no habria tenido), de aquellos tiempos en que estudiábamos para selectividad, se quedó dormido el pobrecillo totalmente cansado en mi cama, y no me resistí a hacerle una foto con el móvil [...]"
Me remito a mis palabras de entonces: "[...]No fueron tantos los cojones que le eché, lo que pasa que tenía más cojones alrededor para luchar...Y eso se nota...[...]".
Hoy, sigue siendo igual ;)
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