Extrañamente viajo sin saber qué encontraré.Bajo de la nave y piso mi cuna como si fuese una tierra nueva. Virgen para mí. Como si sus luces amarillas me mirasen y gritasen “Forastero!”.
Ni si quiera el sol me nutre como antaño. Es más, sonreír me cuesta un dolor a pesar del c/olor especial.Y lo que es más inquietante, parece que en estos lares los espejos me dedican un reflejo de mí diferente. ¿Ese soy yo? ¿Me había olvidado de mí?
Creo que ya sé qué pasa. Creo que la vida me ha secuestrado y soy paciente de Estocolmo, y sin duda es el colmo porque… ¿A qué he venido?
Entrando en Huelva leo los carteles, como por primera vez, casi con la misma sensación que cuando espío los nombres de los primeros pueblos de Portugal en visitas hechas de higos a comida de hormiga; ni si quiera en un furtivo oteo encuentro mi antigua academia de futuro.
Y hete aquí que empieza mi experiencia religiosa, esta que ha caído sobre mí como escombros de un desplome: más allá de sentirme extraño en mi tierra, deambulo cual cultivado visitante de museos por la última casa en la que formé parte de una familia.
En dos meses y medio, y en apenas unos instantes, me alejo años de mi casa para segundos más tarde empezar a anotar cambios, mientras despacito, con pesadumbre, descubro pintura nueva precediendo a una escalinata con otra cara; nueva cubertería, mi té duerme en diferentes habitaciones, los aromas han hecho familia y éxodo, pues ya mi casa no huele a mi casa…
No sé, no sé…Subo a la buhardilla y encuentro mantas nuevas, una cama, mi cama, que me espera pero como lobotomizada, como si se olvidase de las noches de pasión que le dí, como si se olvidase que no quiero una 2x2 de hotel de lujo…El polvo y las pelusas sospecho, se han ido de acogida con las fragancias que convertían el cielo de la casa en un hábitat propiamente dicho…
¡Es más! Ya afuera en la terraza crecía musgo y quisiese la naturaleza que líquenes y quizás luego unos robellones, o champiñones o gurumelos…Pero no…Ha desaparecido cualquier rastro de vida que empezase a maquillar de salvaje bosque mi particular refugio…En menos de tres meses…Qué espanto…
Definitivamente, la vida me ha secuestrado. He empezado a cumplir la ley (la de vida) a vivir…Qué bosque y qué miedo… Claro…No me había dado cuenta…Me había ido de mi casa…Ahora vuelvo en calidad de otra cosa…
Por eso los ojos se me abren como platos buscando no se qué en los desordenados estantes, por eso le robo el valor al aire en mis pulmones, por eso se me pierde la mirada, por eso he colocado delicadamente la maleta a los pies de la cama, como buen y recién llegado huésped.
Buf…Anoche le confesé a la flor de un naranjo de esos que rodean las mezquitas mi intención de fugarme 7 años al tíbet, a rezar, a hacerme experto en la cata de vientos, a catar también barnices seculares, a romper cristales en los lagos, a alucinar con diferentes inciensos de probable procedencia, a dejarme frente y barba, a nadar en el hielo hasta que se me estalacticen los miedos...
Extraño no extrañarme y no ser extraño, esa es la verdad…
Astra las estrellas astrománticos!
